El uso de la tecnología biométrica, que hasta hace poco era de nicho, estaba restringido principalmente a unas pocas plantas de fabricación o a ciertos sectores exclusivos; ahora aparece en millones de teléfonos móviles con iOS y Android, en algunos de los bancos más importantes y en la mayoría de los aeropuertos más grandes del mundo.
Por ejemplo, el sistema Touch ID de Apple permitió que cientos de bancos utilizaran la tecnología de huellas dactilares para autorizar pagos desde teléfonos inteligentes, y seguramente habrá muchas más novedades en torno a la detección del iris con las cámaras frontales de los smartphones. Fujitsu, por ejemplo, estuvo desarrollando una tecnología de reconocimiento del iris para dispositivos móviles futuros.