Durante mucho tiempo, la sociedad se ha mostrado fascinada por la idea de la tecnología biométrica, como podemos comprobar si damos un rápido vistazo a las películas de principios del siglo XXI. Minority Report (Sentencia Previa), iRobot (Yo Robot) e incluso Skyfall (007 Operación Skyfall), de James Bond, donde la pistola PPK biométrica no se dispara a menos que el mismo asesino autorizado sea quien la porte, dieron indicios de un futuro en el que el ADN está intrínsecamente ligado a nuestra identidad digital.
Sin embargo, en los últimos años, lo que antes solo era contenido del cine fantástico se fue haciendo real y la biometría pasó rápidamente de la ficción a la realidad. En el futuro, tu rostro, tu huella digital o tu iris podrían llegar a autorizar los pagos que realices desde tu equipo de escritorio o dispositivo móvil.
El presente artículo analiza si este sistema emergente para realizar pagos es una simple moda, mera ficción o un futuro posible, e investiga los problemas de seguridad que pueden ir surgiendo durante su desarrollo.