La técnica es capaz de identificar a partir de logaritmos características morfológicas y de comportamiento de las personas. Identificación personal por iris, firma manuscrita digital, voz, venas, rostro. Más allá de modas pasajeras, la biometría es una tecnología consolidada en áreas como el control de fronteras, entornos de seguridad y registro civil de poblaciones, pendiente ahora de popularizarse entre la población, según expertos.
La biometría es una tecnología de identificación a partir de logaritmos que reconoce características morfológicas y de comportamiento de las personas, por tanto intransferibles, como el rostro, fondo del ojo, forma de caminar, etc.
Su gran ventaja es que evita al ciudadano colapsar su memoria con decenas de claves a la hora de acceder con seguridad a un dispositivo móvil o a las páginas privadas de servicios en internet, como el banco.
El próximo reto, su popularización, es decir, que la gente acepte como «amigable» esta tecnología para usos cotidianos y no sólo para temas de seguridad.
Según Javier Ortega García, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid y director del grupo de reconocimiento biométrico ATVS,