Por más alarmante que esto suene para algunos lectores, es claro que la biometría está cada vez más aceptada como método de autenticación por el público en general, hasta tal punto que muchos consumidores ingleses están felices de compartir su ADN con los bancos.
Son varios los estudios que lo confirman. Por ejemplo, una encuesta realizada por Visa Europe reveló que la mayoría de los jóvenes de entre 16 y 24 años se sentiría cómodo si la seguridad biométrica reemplazara su contraseña tradicional en su seguridad diaria, mientras que una encuesta llevada a cabo por WorldPay a principios de año demostró que al 49% de los consumidores europeos les gustaría que los pagos biométricos fueran una tecnología de pago alternativa.